Durante la jornada del sábado, se dio a conocer que un alto porcentaje de Carabineros de Chile decidió colgar su uniforme de la institución de manera voluntaria, y esto incluiría oficiales y suboficiales.
Esto, luego de que entre el 1 de enero y el 20 de julio de este año un total de 703 funcionarios, se acogieron a retiro voluntario por diversas razones, entre ellas la incertidumbre en que se encuentra la institución y los constantes ataques y agresiones de los cuales son víctimas, según reveló La Tercera.
Junto con un mayor requerimiento de funcionarios policiales por parte del mundo privado, uno de los temas más recientes que han provocado un desgaste interno en la institución es el plan para la intervención del Barrio Meiggs; donde dos veces a la semana son trasladados en buses cerca 140 oficiales que aún estudian para reforzar las labores de seguridad.
“Nosotros somos los que más perdemos, tenemos a casi toda la familia en Carabineros, pero ¿qué le puedo decir? Está mala la cosa, nadie nos dice qué pasará con nosotros, nos mandan de una comuna a otra, la calle está peligrosa. Nada que no se sepa, tampoco”, expresó un cabo que hace poco decidió abandonar la Prefectura Sur de la Región Metropolitana.
“Con las nuevas disposiciones de reforzamiento en las calles, tenemos que estar casi todo el día fuera, expuestos a todo. Es cosa de ver lo que pasó con el cabo David Florido. ¿Alguien se acuerda de lo que le pasó a él hoy día? Nadie. Ya fue, ah, pero si hubiera sido al revés, ese mismo policía estaría preso”, aseguró otro de los uniformados que cumplió su servicio en Renca.
Cabe mencionar que el estatuto de Carabineros establece que pueden acogerse a retiro voluntario todos los carabineros una vez que cumplan, como mínimo, 25 años de servicio. Al acogerse a esta prerrogativa, los uniformados se van con su pensión completa, dependiendo del grado que tengan.