Un equipo de médicos extirpó un feto del cerebro de una bebé de un año, que presentaba una circunferencia de la cabeza agrandada, acumulación de líquido encefálico y retraso en el desarrollo de las habilidades motoras. Se trata de un caso extremadamente raro que ha sido revelado en la revista Neurology.
De acuerdo con el informe, el feto correspondía a un gemelo malformado. Dentro del útero, ambos habían compartido la misma placenta, pero tenían sacos amnióticos separados. Dado que este tipo de gemelos proviene del mismo óvulo fertilizado, los dos deben ser idénticos.
Los padres de la menor notaron que tenía la cabeza agrandada y problemas motores, por lo que acudieron a los especialistas, quienes descubrieron la presencia del feto en la cabeza de la niña.
El feto extraído, que medía alrededor de cuatro pulgadas de largo, había desarrollado extremidades superiores, huesos e incluso uñas, lo que demostró que había continuado su crecimiento en la cabeza de la niña durante meses. Los médicos explicaron que el feto estaba presionando contra el cerebro de la niña, lo que le causaba esos problemas.
Pruebas de ADN confirmaron que se trataba del gemelo de la niña, el cual había continuado creciendo a partir del suministro de sangre por parte de su hermana.