En medio de las denuncias contra el gobierno iraní por violaciones a los derechos humanos, el mandatario Ebrahim Raisi tomó la decisión de liberar a más de 700 presos, la mayoría detenidos en el contexto de las protestas.
La medida fue anunciada por el jefe del Poder Judicial de Irán, Gholamhosein Mohseni Ejei, para celebrar «la orgullosa victoria del equipo nacional de fútbol», según informó la agencia de noticias de la Judicatura iraní, Mizan.
Los 715 presos serán liberados de 12 prisiones del país y solo afectará a aquellos que no estén encarcelados por atacar a personal de seguridad, quemado propiedades privadas o el Corán.
Más de 300 personas han muerto por violencia policial y al menos 2.000 han sido acusadas de diversos delitos por su participación en las mismas, de las que seis han sido condenadas a muerte hasta ahora.
Irán vive protestas desde la muerte el 16 de septiembre de Masha Amini tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral tras llevar mal puesto el velo islámico.
Las revueltas comenzaron por la muerte de la joven kurda de 22 años, pero han evolucionado y ahora los manifestantes piden el fin de la República Islámica fundada por el ayatolá Ruholá Jomeiní en 1979.
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