Un padre de 41 años fue acusado de haber dejado ciego a su hijo de cuatro meses porque no paraba de llorar y no lo dejaba dormir en Zaragoza, España.
Según los primeros antecedentes, el hombre habría golpeado y zamarreado al lactante, provocándole ceguera en el ojo derecho, una pérdida de visión elevada en el izquierdo, junto con importantes daños neurológicos.
Por el momento, los médicos no han determinado si el bebé podrá sufrir un retraso mental o alteraciones del habla y del comportamiento en un futuro. A sus 13 meses, el niño sigue recibiendo tratamiento.
El hombre, identificado como Gabriel C.B., vivía con su por entonces pareja, madre del pequeño, y otro menor de nueve años. Al parecer, según ha informado el diario 'El Heraldo de Aragón', hacía cuatro días que el hombre había comenzado a trabajar como repartidor de pan en horario de 05:00 a 13:00 horas.
El progenitor se había quedado solo con los menores mientras que su entonces pareja estaba trabajando. Durante el tiempo que él estuvo al cuidado de ambos, la mujer comenzó a recibir mensajes de su pareja quejándose de que no paraba de llorar y que no sabía qué hacer porque él tenía que descansar. Finalmente, a las 04:30 horas, el hombre fue a trabajar después de que la abuela de los pequeños llegase a la casa para cuidarles. Según declaró después ante la Policía y el juez, la abuela vio al bebé tumbado en la hamaca, apoyado en una toalla empapada de agua, y lo notó "asustado" y con la mirada "perdida hacia atrás".
La madre, al llegar a casa y ver que su bebé sufría heridas cerca del oído, en la nuca y en la frente y que no enfocaba la mirada, decidió llevarlo al hospital. Allí, los médicos le confirmaron que el bebé sufría graves lesiones provocadas por lo que se conoce como el 'síndrome del lactante zarandeado', ahora denominado como 'traumatismo craneal por maltrato'.
Unas lesiones que han provocado que el bebé tenga reconocido un 81% de discapacidad y un grado de dependencia II o severa.
El hombre, tras conocerse las lesiones del pequeño, llegó a reconocer, antes de ser detenido ese mismo día, que habría propiciado una bofetada en la cara al menor y sujetado fuerte uno de sus brazos y lo había zarandeado con fuerza. La juez le tomó declaración y lo dejó en libertad con la prohibición expresa de no acercarse al niño.
Sin embargo, el pasado mes de marzo, cuando se dictó auto de procesamiento contra él como presunto autor de un delito de lesiones graves, negó los hechos relatados en el auto y se acogió a su derecho a no declarar.
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