De acuerdo con un estudio realizado por la University College London y la Universidad de la República en Uruguay tomar siestas constantes podría ser considerado beneficioso para la salud cerebral, lo cual ayudaría a mantenerlo más grande durante más tiempo, algo que se relaciona con funciones cognitivas sanas y un menor riesgo de demencia y otras enfermedades.
Para el estudio, publicado en la revista Sleep Health, los científicos tomaron datos de 378.932 personas entre 40 y 69 años y analizaron las secciones del código genético que hacían a estas personas más proclives a dormir la siesta con regularidad.
A continuación, compararon la salud cerebral y la cognición de quienes tenían los genes de dormir la siesta y quienes no mediante la aleatorización mendeliana, un método estadístico que ayuda a proporcionar información sobre la relación entre una exposición y un resultado.
Por ello, recomiendan tener siestas menores a 30 minutos. Esto, porque dormir por un rato en el transcurso del día se considera vital para el desarrollo infantil y porque a medida de que el ser humano crece, esta práctica se suele dejar a un lado. No obstante, después de la jubilación, alrededor del 27 por ciento de las personas mayores de 65 años duermen la siesta durante el día.
Entre los beneficios de tener jornadas de sueño cortas, está mantener una buena salud cerebral, para proteger a la persona contra la demencia –que se ha asociado con la mala calidad del sueño. Lo anterior, a pesar de que la relación con la aparición del Alzheimer y el impacto de la siesta no está claro.
Además, los investigadores demostraron que los cerebros de las personas que dormían la siesta eran en promedio 15 centímetros cúbicos más grandes que los que no lo hacían. Esto equivale a retrasar el envejecimiento entre tres y seis años.
Comments