Este martes, la capitán de Carabineros de la 44º Comisaría de Lo Prado de iniciales A.T.V.G. fue suspendida de sus funciones, luego de una ser denunciada por acoso sexual y laboral.
Según consignó La Tercera, la ahora exfuncionaria acosaba sexualmente a dos subalternos a través de mensajería o de forma verbal mientras realizaban rondas policiales. Además, de aprovecharse de su cargo.
Además, sumó que la oficial también en una ocasión lo habría tomado de su chaleco antibala para forzarlo a besarla sin su consentimiento y luego intentar tocarle dentro de un carro policial.
Al ser enviado el caso al Ministerio Público, el comisario a cargo de la investigación determinó la existencia de otro carabinero que también señaló haber sido objeto de acoso y abuso sexual laboral por parte de la funcionaria.
De acuerdo con el vespertino, esta segunda supuesta víctima señaló que la capitán le realizó una serie de "insinuaciones groseras e inadecuadas de carácter íntimo". Asimismo, en varias ocasiones realizó "muestras de cariño con besos y abrazos que no le agradaban e incluso lo incomodaban"; así como también dijo que había recibido mensajes "insistentes e inapropiados" de índole sexual.
A raíz de esta serie de denuncias, Carabineros abrió un sumario interno en paralelo a la investigación de la Fiscalía. Sin embargo, el Ministerio Público no profundizó la investigación al considerar que se trataba de un caso de carácter laboral, por lo que derivó los antecedentes a un tribunal competente, según el diario.
En el recurso de protección que presentó en la Corte Suprema, la carabinera aseguró que al llegar a la comisaría entabló una relación de confianza con uno de los denunciantes. Así, dijo, se realizaban “bromas” con un “lenguaje propio de pares masculinos […] sin advertir que pudiera resultar excesivo”.
Además, afirmó que en su entorno familiar -muy masculino- absorbió “una cultura en la cual existían licencias a la hora de bromear con temas que hoy resultan ser mucho más observados y cuestionados”. Sobre las acusaciones de acoso sexual, dijo que el denunciante “construyó una historia contraria a la realidad, sosteniendo que estaba siendo acosado por una oficial. Para ello, recurrió a un mecanismo demasiado burdo borrando sus WhatsApp y mensajes. Todos aquellos que él había enviado en respuesta a la relación de confianza y juego que mantenía con la recurrente, durante meses”.
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